Lo que se dice

15 mar 2010

Mujeres y falange (1958)




Hace mucho tiempo que no piso estas páginas que tanto me ayudaron antes a superar uno de los escalones más altos de mi vida. Hoy, con ese escalón prácticamente subido, me ha apetecido asomarme a esta ventana, y todo porque recorriendo muchas páginas de la red para obtener información sobre uno de los temas a debatir en el programa de radio en el que colaboro me topé con un documento, el cual, si no era exactamente uno que ya había visto con anterioridad, me resulto extrañamente familiar.

Os aclaro, el tema en cuestión era la Ley de Memoria Histórica en España, aprobada por el Congreso de los Diputados en octubre de 2007. Pero como no os quiero aburrir con leyes que a muchos os resultarán pesadas, aunque si bien ésta es una de esas amenas al paladar de todo aquel al que le guste la historia de nuestro país, me gustaría reflejar mejor el documento que he encontrado y que atañe a las mujeres de épocas pasadas, en concreto a las del 1958. Se trata de unas páginas sacadas de Economía doméstica para bachillerato y magisterio, Sección Femenina de la Falange Española y de las JONS (1958). Ahí va la perla encontrada en el 'Foro por la memoria' :

- Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo; especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero. Prepárate, retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello; hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.

- Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a ella; después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa. Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador.

- Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos. Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.

- Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres.

- Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo por la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo exterior con talante positivo.

- Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama... si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a última hora de la noche.

- En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier hayas goce que podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello.

- Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.

Si no queréis opinar lo entenderé, el tema es demasiado árido, la imagen que lo acompaña tampoco tiene desperdicio.


 
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