Muchos blog han publicado ya su peculiar homenaje al poeta recientemente fallecido Mario Benedetti, el escritor del amor y de los sentidos en estado puro. Vosotros, cada uno los que lo habéis recordados en vuestros pequeños espacios lo habéis hecho inmortal, como clamaba ser. Yo no podía ser menos, así que aquí dejo mi pequeño homenaje, que no se podía estar basado en otra cosa nada más que en sus bellas palabras. Ciao, Mario.
Como si fuéramos inmortales
Todos sabemos que nada ni nadie
habrá de ahorrarnos el final
sin embargo hay que vivir
como si fuéramos inmortales
Sabemos que los caballos y los perros
tienen las patas sobre la tierra
pero no es descartable que en una nochebuena
se lancen a volar
Sabemos que en una esquina no rosada
aguarda el ultimátum de la envidia
pero en definitiva será el tiempo el que diga
dónde es dónde y quién es quién
Sabemos que tras cada victoria
el enemigo regresa buscando más triunfos
y que volveremos a ser inexorablemente derrotados
vale decir que venceremos
Sabemos que el odio
viene lleno de imposturas
pero que las va a perder antes del diluvio
o después del carnaval
Sabemos que el hambre
está desnuda desde hace siglos
pero también que los saciados
responderán por los hambrientos
Sabemos que la melancolía
es un resplandor y sólo eso
pero a los melancólicos
nadie les quita lo bailado
Sabemos que los bondadosos
instalan cerrojos de seguridad
pero la bondad
suele escaparse por los tejados
Sabemos que los decididores
deciden como locos o miserables
y que mañana o pasado
alguien decidirá que no decidan
Sintetizando: todos sabemos que nada ni nadie
habrá de ahorrarnos el final
pero así y todo hay que vivir
como si fuéramos inmortales.