Lo que se dice

22 ago 2009

Salvado por la campana



Seguro que si hacemos mención a la frasecilla 'Salvado por la campana', a más de uno se le vendrá a la mente esto. Sin embargo, lo que hoy os traigo es la procedencia de este dicho que nació en los albores del siglo XV y se extendió también por el siglo XVI. En esta época los lugares para enterrar a los muertos eran de tamaño muy reducido, lo que provocaba que no siempre hubiera suficiente espacio para todos. Por este motivo, los ataúdes eran abiertos y retirados los huesos a un osario para así poder meter a los recién fallecidos.

En esta situación, se percibía que en muchas ocasiones el enterrado había arañado la tierra, es decir, que había sido enterrado vivo y agonizaba hasta morir bajo el suelo. Para finalizar con este sufrimiento, los hombres de la época se las ingeniaron para amarrar a la muñeca del difunto un hilo, pasarlo por un agujero del ataúd y colocar en el otro extremo, fuera de la tumba, una campana sobre la tierra. Si el individuo estaba vivo, sólo tenía que tirar del hilo para hacerla sonar y así poder desenterrarlo antes de su muerte. Cabe reseñar que una persona velaba el ataúd durante algunos días por si tenía que acudir al rescate del difunto.

De esta acción, y no como muchos piensa que del boxeo, surge la expresión 'salvado por la campana'.


 
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