Adiós lapidación en Irán

Según informa Amnistía Internacional, la magistratura iraní ha anunciado la suspensión de las ejecuciones por lapidación en Irán. Una muy buena noticia sin duda, muchas firmas (más de 800.000 en contra de las ejecuciones por lapidación y de la pena de muerte a menores en Irán) y mucho tiempo han ayudado a que sea posible eliminar una de las prácticas más bárbaras, crueles y degradantes de asesinar a un ser humano.

La humanidad aún tiene muchos retos sobre los que trabajar y muchas injusticias que combatir, pero sobre todo, en estos momentos a mí personalmente me alegra que imágenes tan aberrantes no vuelvan a suceder de momento, porque en el año 2002 el presidente de la Magistratura también anunció una suspensión y, sin embargo, desde entonces se han llevado a cabo al menos tres ejecuciones por este método. A ver si ahora es la definitiva, ojalá.

La ejecución por lapidación es un castigo especialmente atroz que Irán se aplicaba a hombres y mujeres acusados de cometer adulterio, desoyendo así al Comité de Derechos Humanos de la ONU, según el cual tratar el adulterio como delito es contrario a las normas internacionales.

La ley iraní prescribía que las piedras habían de ser escogidas de forma que sean lo suficientemente grandes para causar daño pero no tanto como para matar a la víctima de forma inmediata. Una atrocidad que mi sociedad no me permite comprender de ninguna manera.

Y es que Khayrieh, mujer condenada a morir lapidada, decía hace no mucho tiempo: “Estoy preparada para ser ahorcada pero no deberían lapidarme. Si te estrangulan mueres y ya está, pero es muy duro soportar los golpes de las piedras en la cabeza". Las palabras hablan por sí solas, no creo que haya que decir nada más.

En este post y de este tema me niego a poner ninguna imagen, el que quiera ver una parte verdaderamente macabra del ser humano que pinche aquí, pero las imágenes son durísimas, yo no las recomiendo.