Hoy, y tras unos días de parón por exceso de trabajo, me apetece contar una historia, una historia que he visto en el blog de una niña, sí, una preciosa niña que deja parte de su tiempo (aunque es poco porque tiene que ir al colegio y estudiar) en escribir canciones y cuentos en su blog, y que de menor o mayor interés para adultos, seguro que es una recopilación excelente para todos aquellos que seáis padres.
Por cierto, que me he salido del tema, "La bobina maravillosa" tiene una moraleja para mí única, carpe diem, que mañana es tarde. Espero que os guste, a mi me ha parecido precioso. Un besito Hada, para mí eres única, tú lo sabes.
Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:
¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?
Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.
Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cersiorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre. ¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:
Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?
En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.
De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de escasos cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intento enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo. Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:
Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin hacer nada de provecho.
Por cierto, que me he salido del tema, "La bobina maravillosa" tiene una moraleja para mí única, carpe diem, que mañana es tarde. Espero que os guste, a mi me ha parecido precioso. Un besito Hada, para mí eres única, tú lo sabes.
Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:
¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?
Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.
Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cersiorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre. ¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:
Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?
En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.
De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de escasos cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intento enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo. Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:
Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin hacer nada de provecho.
6 comentarios:
Deprimente y bonito :D
Me lo he leído, aunque ya te dije que soy poco poeta. Asomo a decirte que ya puedes asomar por:
http://es.wikipedia.org/wiki/Sisapo
y trastear como quieras en el artículo.
Nada más, nos vemos, periodista.
Mientras lo leas, no vas mal, jeje.
Sí, sabía que ya podía trastear, pero como he dicho en el post, estoy hasta arriba de trabajo porque mi compañera está de vacaciones y mi tiempo libre es mínimo o nulo, a ver si a partir de mañana mejoro...
En cuanto vea un haz de luz relleno, prometido!!! Saludos compañero.
Ostras... me he quedado de piedra... es buenisimo, ¿y solo los publica en su blog?.. pues es genial
No son de ella, las busca por internet o son de las cosas que le enseñan, algún día le diré que escriba algo ella, no lo hace mal, jejeje.
La verdad, es que a mi me gusta escribir. Ojalá tuviera idea y ganas para una novela, aunque solo me la leyera yo.
El problema es que nunca encuentro sobre que escribir...
No se, quizá escriba sobre un hidalgo del siglo XVI que se vuelve loco de leer libros de caballería en algún lugar de La Mancha, sobre una isla en la que recrean dinosaurios por ingeniería genética...
XDDDD
Culipardo, si te animas escribe una historieta y la publicamos aquí, qué te parece la idea?
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